Jesús, no quiero abandonarte, antes bien, deseo dar testimonio de ti a los hombres. Quiero darte a conocer a quienes no han oído hablar de ti. Sé que no será fácil, porque el mundo odia los que te pertenecemos, pero “Tú has vencido al mundo”, y con esa confianza, quiero aventurarme en el anuncio de tu Persona. Catholic.net
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ACI prensa

La fe es garantía de lo que se espera; la prueba de las realidades que no se ven. http://la-oracion.com

martes, 30 de abril de 2013

Abraza tu cruz...




Renunciemos a toda mundaneidad, a todo espíritu del mundo, ése que no pudo recibir a Jesús, ése que odió a Jesús y nos odia a nosotros. Es una renuncia para dejar sitio a la grandeza de un Jesucristo que se revela maravilloso, un rostro maravilloso escondido en un rostro sucio, herido, maltratado de tantos hombres y mujeres de nuestra tierra. 

Card. Bergoglio, Asamblea Nacional Caritas 2009


sábado, 27 de abril de 2013

Pide a María que te lleve hasta Él




Si quieres encontrar al Cristo nacido de María Virgen, al Cristo que caminó sobre las aguas, al Cristo que sanó a los enfermos y resucitó a los muertos, al Cristo que se dejó crucificar por ti y que resucitó, acude al Sagrario, el cual custodia la Sagrada Eucaristía.

Allí le verás, el mismo que vivió, murió y resucitó, no hay ninguna diferencia, es el mismo Jesús, su misma Persona, su presencia real. Estar ante el Sagrario postrado te hace semejante a San Juan que reposó sobre su pecho. 

Escucha los latidos del Corazón de Cristo. Pide a María que te lleve hasta Él , que aumente tu fe y que te ayude a amarle más, que te ayude a enamorarte de Él con una potencia que sobrepase el amor de todos los santos juntos.


Alejandro Maria 

jueves, 25 de abril de 2013

Pan de Vida




Tú, Jesús, eres el Pan de Vida, Aquel que llena nuestra alma de vida eterna.

Que núnca nos falte el Alimento y manjar que nos conduce seguros a la Patria Celestial.


Grítalo a los cuatro vientos: Este es el amor de mi vida, Jesús Eucaristía, Aquel que me recibirá un día en el Paraíso como al buen ladrón por pura misericordia.



miércoles, 24 de abril de 2013

ESPERA



Nada es para siempre, el dolor pasará... no desesperes, Dios solo pide, que no perdamos la fe, que sepamos esperar.

Y si ves todo oscuro, y crees que la luz no verás... no temas, Dios no olvida, solo hay que esperar.

Después de la tempestad viene la calma, el diluvio pasará, ten fe, camina sobre el agua y no dejes de esperar.

Es la esperanza la fuerza que nos ayuda a llegar, aunque la meta se vea lejos, aunque el dolor nos quiera ganar, Dios no nos abandona, solo hay que esperar.

Los sueños no son imposibles, si luchas, si esperas, podrás hacerlos realidad; el camino para alcanzar lo que anhelas, es la fe, y la paz que da, el saber esperar.

Si ves todo confuso, sino entiendes porque sucedió; no te afanes, Dios no se ha equivocado, El sabe lo que hace, actúa en su momento, solo te pide, que no desesperes, que confíes en El, así como El en ti ha confiado.

Aún en la oscuridad, se puede ver una luz, solo tienes que esperar, aunque veas un solo par de huellas, no hay soledad, alguien te lleva en sus brazos, murió por amor ti, es el Amigo, Jesús...

Espera, a que tu momento llegue... no actúes sin pensar, no digas nada que después vayas a lamentar, piensa bien antes de actuar.

Esperar es de prudentes, es también un valor del que en Dios cree, pero no hay que dejar de actuar, nada gratis nos viene, hay que luchar sin desfallecer, la luz venció, la tumba está vacía. No pierde jamás, aquel que sabe esperar en Dios.

Espera, no te rindas, ten paciencia, espera...


Envió: Kary Rojas, Colombia

Fuente: Valores de Encuentra.com

martes, 23 de abril de 2013

A partir de hoy me perdono...




Me perdono... el no ser feliz,
me perdono... el no saber amar,
me perdono... el no haber sabido amarme,
me perdono... el culpabilizarme,
perdono... mi vergüenza,
perdono... mi autocastigo,
perdono...mis equivocaciones,
perdono... mis imperfecciones,
perdono... mi ignorancia,
perdono... mi inconsciencia,
perdono... mi separatividad,
perdono... mi temor.

A partir de hoy comienzo a vivir realmente,
comienzo a ser feliz,
comienzo a tomar las riendas de mi vida,
comienzo a decidir cuáles son mis verdades,
comienzo a dejar de ser una víctima.


A partir de hoy... reconozco que Dios es mi Padre,
a partir de hoy... decido atraer belleza a mi vida,
a partir de hoy ... elijo reaccionar con amor,
a partir de hoy... empiezo a reírme de mi mismo,
a partir de hoy... empiezo a sanarme,
a partir de hoy... veo soluciones antes que problemas,

a partir de hoy... soy uno Contigo,
a partir de hoy... la magia 
empieza a manifestarse en mi vida.

celebrandolavida.org

lunes, 22 de abril de 2013

Cuando no alcancen tus manos el cielo



Cuando no alcancen tus manos al cielo,
y cada instante se haga eterno.
Cuando no puedas decir lo que tanto necesitas,
y ni los errantes silencios quieran oírte.

Cuando te quedes vacío, cuando nada
tengas para dar y nada puedas recibir...
Creerás que la vida es injusta de vivir.
Si es así, cuando anochece pensarás
que se termina el mundo.

¿Por qué soportar lo que se padece?
¿Por qué sufrir lo que duele?
¿Dudas que amanezca nuevamente?
No hagas imposible lo posible;
no dudes por lo decidido,
no temas por tu valentía,
no llores por lo que amas.

¡Sé feliz, siempre!
En todo momento la vida, a pesar
de sus idas y vueltas, es bella,
sino mira por cada noche, clarear el alba.
Ahora es siempre el mejor momento
para surgir como un sol.
"Esperanza" ya no es una palabra,
es cada latido de tu corazón.

¿Cuántas veces nos sentimos sin alas para volar?
Es como que algo tiró fuerte de ellas
y sentimos como que se desprendieron
de nuestro cuerpo y miramos y no las encontramos.
Las teníamos y en ese volar caímos en pantanos,
y agitados por salir se lastimaron, se ensuciaron
y el barro hizo que su peso sea mayor
que el de nuestro cuerpo y nos costó volar.

Nos quedamos muchas veces en el suelo
esperando que se alivianen para seguir,
pero el barro a medida que se secaba
las iba endurecía cada vez más.
Y allí estamos hoy... con alas endurecidas
y sin poder volar o sin alas. ¿Qué nos pasó?
¿Por qué lugares volamos que nos quedamos
sin fuerzas, sin ganas, y sin esperanzas?
Alas... nos hace falta tener nuevamente,
nuestras alas bien abiertas...
Nos hace falta sentir que vale la pena seguir.

La vida nos demuestra a cada paso
que nuestro vuelo no siempre es el que esperamos,
que hay pantanos, como así también aves de rapiña,
que quieren que existamos, que ya no avancemos.

¿Sentimos temor por el futuro?
¿Estamos todavía tratando de salir de ese pantano?
¿Estamos agotados? ¿Equivocamos el camino
y estamos perdidos en la oscuridad?
¿Deseamos que la vida ponga su punto final ahora?
¿Por qué? El dolor puede ser enorme,
la tristeza profunda, lo sucedido inolvidable,
¿y si todo cambia?
¿Y si de pronto nos encontramos ayudando
a otros a salir del pantano?
No hay ningún pájaro que haya volado
toda su vida sobre un oasis o sobre un manantial.

Todos sienten en un momento deseos de no seguir. 
Todos se enfrentan a grandes tormentas,

a fuertes vientos que sacuden su vida entera.
Todos alguna vez se sienten ahogados
por haber caído en tierras pantanosas.
Pero sin embargo sacuden sus alas,
aún hasta en sus últimos minutos,
con la esperanza de seguir y por sobre todo,
de volver a remontar el vuelo.

Extendamos nosotros también nuestras alas.
Tengamos esperanza, apostemos a la vida,
miremos el horizonte y sólo giremos la cabeza
para decir adiós a todo aquello que nos hizo perder
nuestras ganas de seguir volando hacia el infinito.

celebrandolavida.org

domingo, 21 de abril de 2013

El Buen Pastor




Hoy, en el IV Domingo de Pascua, nuestra mirada se posa sobre Jesús Buen Pastor, que toma bajo su responsabilidad a todas las ovejas que el Padre le ha confiado y se ocupa de cada una de ellas. Entre Él y ellas hay un vínculo, un lazo de amor: "Escuchan mi voz, y yo las conozco y ellas me siguen" (Jn 10,27). Jesús ama a todas sus ovejas, da la vida por cada una de ellas.

Él coge a cada oveja herida que vive entre espinas y solloza en busca de alguien que le ayude. Se adentra entre los matorrales, se deja desgarrar por las espinas, toma la oveja en brazos, la mira, la besa, la acaricia, la estrecha sobre su pecho como si fuera la única cosa que posee, la sana. Una vez la oveja ha sido sanado de sus heridas, sigue feliz al Buen Pastor, invitando a otras ovejas a que le sigan y que encuentren en Jesús a su Salvador, Aquel al que realmente anhelan. Es una relación con confianza donde fluye un amor sincero, natural, agradecido. Esa oveja eres tú, soy yo. Debemos ir en busca de la oveja perdida para hacerle conocer el Amor infinito del Señor. 

Cristo nos ha ganado con el precio de su Sangre. Le hemos costado mucho, su muerte no fue una broma, por eso no quiere que nadie de los suyos se pierda. Decía San Agustín: "Dios no te deja, si tú no le dejas". Dios jamás te abandona, aunque tú a veces le abandones. Ni Dios, ni la Iglesia tienen la culpa, el problema de la fidelidad es nuestro. Dios no niega a nadie su amor y gracia. Somos agraciados, con su amor infinito hay liberación en la tierra y en el cielo.

Pidamos al Señor la gracia de servirle con radicalidad y que nuestro servicio al prójimo sea cada vez más y mejor. Cristo es el único que ha podido decir: "Yo les doy la vida eterna" (Jn 10,28).

Señor, ayúdame a conocerte mejor para amarte más.

Dios nos siga bendiciendo


A vuestros pies, hermanos


Me rendiré, como sacerdote,
para recordarme a mí mismo
que, un sacerdocio sin obras,
son palabras que tal vez disipa el viento.
Que una entrega clavada y escrita en discursos,
exige como broche de oro el amor.
Un amor que es sacrificio y sufrimiento,
pasión, incomprensión e incluso rechazo.
 
¡A vuestros pies, hermanos!
Me inclinaré como cristiano.
Sabiendo que, si digo ser de Cristo,
he de descender a la realidad del que llora,
o desde la pobreza añora una mano amiga.
 
¡A vuestros pies, hermanos!
Derramaré el agua de mi tiempo
cuando, la soledad que a tantos atenaza,
reclame mi atención, mi presencia o mi consejo.
Enjugaré, con las lágrimas de mi compasión,
cuando encuentre peregrinos que han perdido el norte,
almas que, por el camino, quedaron tibias,
corazones que, en tantas traiciones,
quedaron enfundados en el pesimismo o el desamor.
 
¡A vuestros pies, hermanos!
Caeré envuelto con la toalla de mi comprensión,
ataviado con el traje del que sirve más y mejor,
fortalecido con la jofaina de la oración,
enriquecido con el agua de la fe,
empujado con las armas de la oración.
 
¡Sí! ¡A vuestros pies, como Jesús!
Me inclinaré para, en esos pies sufrientes,
encontrar las huellas de un Dios invisible pero visible,
triunfante pero presente en la humanidad doliente,
celeste pero abrazado al hombre bajo mil cruces.
 
¡A vuestros pies, hermanos!
Dirigiré mis ojos, mis manos y mi corazón.
Mi ojos para ver en ellos el rostro de Cristo.
Mis manos, para ser testigo de la fe y del Evangelio.
Mi corazón, para no quedarme disfrazado en palabras.
Gracias, Señor, porque al buscar mis pies,
me indicas y sugieres el camino que he de seguir
para amarte, servirte y ofrendarte mi vida entera:
¡El amor que se da cayendo a los pies de los demás!
 
P. Javier Leoz
celebrandolavida.org

sábado, 20 de abril de 2013

María, Madre de la Iglesia en crecimiento






“María, Madre de la Iglesia”: el titulo es admitido y especialmente celebrado desde la publicación del capitulo 8 de Lumen Gentium (de Vaticano II), pero puede ser todavía más explícito si se afirma que María es “Madre de la Iglesia en crecimiento”. 

En efecto, el papel de María en su misión materna no para en la dimensión histórica de su responsabilidad respecto al Hijo del Altísimo que dio a luz por la obra del Espíritu Santo, quien crió y educó. La gracia de su maternidad se manifiesta en el haber dado a luz a Cristo en el corazón de los nuevos discípulos. Participa pues espiritualmente y realmente en la vida materna de la Iglesia en crecimiento […] 

Esta reflexión sobre María Madre de la Iglesia en crecimiento nos lleva a considerar de nuevo la relación de la Iglesia con el mundo que ha sido entendida muchas veces de una manera exclusivamente dialéctica: o bien la Iglesia huye al mundo entre tinieblas o bien la Iglesia se cansa en el mundo para transformarlo a pesar de él. 

Esta visión de crecimiento y de engendramiento nos lleva a ver las cosas de manera más justa y más profunda. Es lo que nos recuerda el padre Michel Corbon: 
“La Iglesia no está sólo en el mundo, localmente y temporalmente. En verdad, es el mundo que está dentro de la Iglesia como dentro del seno materno donde está en gestación hasta que nazca, transfigurándose en su Reino. Es en este sentido, tan positivo y lleno de esperanza, que se ha de entender el gemido de la Iglesia que nos llega desde las primeras generaciones cristianas: “¡Que termine este mundo y que venga tu gracia!” (*) 

La Iglesia no mantiene con el mundo una relación de confusión o de oposición, sino de parto (Rm 8). La evangelización y la nueva evangelización no pueden concebirse sin esta visión de una Iglesia, cuerpo de Cristo que nace y renace en el amor y el fuego del Espíritu Santo para la Gloria del Padre. 



(*) CORBON, Michel, Esto se llama la aurora. Homilías litúrgicas, prefacio de Olivier Clément, Ediciones de las Beatitudes, Nouan-le-Fuzelier, 2004, p. 14.  



Padre Mario Saint-Pierre,
sacerdote y teólogo, María, Madre de la Iglesia en crecimiento, publicado el 16 de septiembre de 2009
http://cellules-evangelisation.org/spip.php?article184








viernes, 19 de abril de 2013

Señor, enséñanos a ser como Tú





Señor, enséñanos a ser como Tú. Derrama sobre nosotros los siete dones del Espíritu Santo: sabiduría, inteligencia, consejo, fortaleza, ciencia, piedad y temor de Dios. Haznos instrumentos dóciles de tu paz y permite que nuestro ser sea uno sólo contigo. Creemos, te adoramos, esperamos y te amamos.
Bendice al mundo por medio de la sangre y el agua que brotó de tu Sagrado Corazón y ayúdanos a alcanzar la Patria Celeste.


jueves, 18 de abril de 2013

La Eucaristía: Misterio de la fe





El sacramento del sacrificio de Cristo implica una presencia muy especial: la presencia real y sustancial del Señor bajo las especies del pan y del vino. Por la consagración, el pan deja de ser pan y se convierte en Cuerpo de Cristo y el vino deja de ser vino y se convierte en la Sangre de Cristo. Esta conversión es llamada muy propiamente por la Iglesia "transustanciación". El Papa recoge las palabras de Santo Tomás de Aquino, para afirmar desde la fe: "Te adoro con devoción, Dios escondido".

El sacrificio eucarístico se orienta a la comunión, a la íntima unión de los fieles con Cristo mediante la recepción de su Cuerpo y su Sangre. Por eso la Eucaristía es, inseparablemente, memorial de la Cruz y sagrado banquete de comunión, en el que Cristo mismo se ofrece como alimento y nos comunica su Espíritu.

La celebración eucarística tiene una proyección escatológica; es anticipación de la meta a la que tendemos, una pregustación de la gloria: "La Eucaristía es verdaderamente – escribe el Santo Padre – un resquicio del cielo que se abre sobre la tierra. Es un rayo de gloria de la Jerusalén celestial, que penetra en las nubes de nuestra historia y proyecta luz sobre nuestro camino" (Ecclesia de Eucharistia, 19). Por eso, la Santa Misa se celebra siempre en comunión con la Bienaventurada siempre Virgen María, con los ángeles y los arcángeles, y con todos los santos, pues en la Eucaristía se une la liturgia de la tierra a la liturgia del cielo.

Del anuncio de la muerte y de la resurrección de Cristo, en la espera de su retorno glorioso; es decir, de la Eucaristía, recibimos la fuerza para transformar nuestras vidas y para transformar el mundo y la historia, a fin de que sean conformes al designio de Dios. 

"¡Éste es el Sacramento de nuestra fe!", el Misterio que nos inunda de sentimientos de gran asombro y gratitud. "Anunciamos tu muerte, proclamamos tu resurrección, ¡ven Señor Jesús!".



Autor: Guillermo Juan Morado | Fuente: Catholic.net 
http://www.es.catholic.net/aprendeaorar/32/398/articulo.php?id=9834





JUEVES EUCARISTICO !! VISITA HOY A JESUS !! PRESENTE EN EL SANTISIMO SACRAMENTO DEL ALTAR !!!


miércoles, 17 de abril de 2013

Todo fluye, nada permanece igual


Heráclito dijo: "Nadie se puede bañar
dos veces en el mismo rio”, porque
en la segunda vez ya no será el mismo rio,
una vez que aquella agua se fue, viene otra…

Tu puedes bañarte en el mismo río varias
veces, pero nunca con la misma agua.
Así como el agua de un río pasa por una pequeña
región, una pequeña ciudad, a lo largo de diversas
generaciones, así mismo somos nosotros.
Cada día tenemos nuevas experiencias
acerca de nosotros mismos y estas experiencias
hace que seamos diferentes en cada momento.

Las personas creen que no cambian;
que como piedras son estáticas, sólidas, impenetrables.
Pero somos agua corriente, algunas veces limpias
y transparentes y otras barrientas y borrosas;
alguna veces en nuestras vidas somos sólidos
y helados, otras veces líquido y caliente.

Hay otros estadios donde la temperatura
se altera y se transforma en vapor, en gas,
en nubes. Pero con certeza siempre estaremos
ejerciendo nuestra función como seres humanos...
paseando alrededor del mundo como las nubes,
esperando la hora de volverse líquido,
de nuestra esencia, de nuestra naturaleza
y nuestros cambios y diferencias humanas.

celebrandolavida.org

martes, 16 de abril de 2013

ANCLADO EN LA ESPERANZA





A veces quedamos anclados en el pasado, inmovilizados por la pena ante lo sucedido. Una y otra vez nos lamemos la herida.


Ocurrió. Cometí ese pecado que tanto daño me hizo. Falté a una promesa dada. No ayudé a un familiar que me necesitaba. Traicioné la confianza de un amigo. O, simplemente, fui víctima de los actos que otros cometieron con una malicia que me llena de rabia. 

Ocurrió. A veces quedamos anclados en el pasado, inmovilizados por la pena ante lo sucedido. Una y otra vez nos lamemos la herida. La pena domina nuestras almas. 

Vivir así, con la mirada puesta en los errores pasados, puede llevarnos hacia la apatía y la desgana, hacia tristezas enfermizas, hacia reproches continuos hacia otros o hacia uno mismo. 

Tenemos, sin embargo, un presente en nuestras manos y un futuro abierto a mil posibilidades. Miradas de amigos y familiares me invitan a dar un paso hacia adelante, sin dejarme apresar por las arenas movedizas de un pasado que no puedo cambiar. 

Incluso Dios mismo me mira con un afecto particular, intenso. Me busca para lavar mis faltas. Me invita a perdonar a quien me haya traicionado. Me lanza a edificar mi vida no desde lágrimas amargas sino desde una esperanza que viene de lo alto. 

Necesito dejar de lado actitudes malsanas que me arrastran a la pereza. Sólo entonces empezaré a vivir anclado en la esperanza. 

Amanece un nuevo día. Dios me renueva su amor de Padre y me regala su gracia. Tomado de su mano puedo emprender esta jornada con el deseo de dar mi tiempo, mis cualidades y mi corazón al servicio de quien necesita a su lado una mano amiga y llena de esperanza

Fuente: Catholic.net
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